jueves, mayo 17, 2012

¿Por qué no votar por Enrique Peña Nieto?


“En el PRI, no quiero ni pensar que Peña Nieto pueda ser presidente”. Carlos Fuentes.



Me había propuesto no escribir de política en mi blog, porque no pretendía caer en la tentación de terminar haciendo un post proselitista en favor de la opción que apoyo. Sin embargo las últimas dos semanas, el rumbo que ha tomado el proceso electoral me hace sentir obligado a expresar mi opinión.
Dicho la anterior, solo quiero remarcar que tengo una intención de voto definida por un proyecto, no por un candidato y que el objetivo de este escrito no es hacer labor de convencimiento (proselitismo) por dicho proyecto. Así mismo te invito a que te informes sobre los candidatos, que proponen, que carrera tienen y quienes los apoyan para que tomes una decisión y ejercer tu derecho a través de un voto razonado, no votar en estas elecciones, es como reflexiona la periodista Denisse Dresser, dar una ventaja al candidato puntero. 
Para mi, la elección presidencial de México se resumen a un candidato que no me convence del todo, pero que representa un proyecto en el que confió. Dos candidatos que no me convencen y de los cuales desconfió, y un candidato el cual, literalmente, me aterra que llegue al poder.
Hablaré de este último, del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. 
El ex gobernador del Estado de México es en apariencia un candidato que tiene todo para ganar. Es un hombre joven, bien parecido, formado expresamente en las filas de su partido para ser un hombre para las campañas. En un ambiente propicio (con los suyos, con su equipo y su teleprompter) su discurso, sus ademanes de niño de primaria en concurso de oratoria hacen click con una audiencia a modo. Es un sujeto mediático, esta en el centro de todo: diarios, revistas, prensa del corazón…  algunos medios (muchos) lo elevan a alturas de popularidad altísimas por un presunto carisma que en la realidad, en vivo, sin sus acarreados, no tiene. Otros tantos medios, los menos por cierto, lo destrozan ferozmente, despiadadamente, asistidos sólo por un argumento: HECHOS.
Enrique Peña Nieto, desde el arranque de su campaña, ha demostrado ser la persona menos apropiada para dirigir el país. Sus propuestas suenan a más de lo mismo, el mismo discurso que escuchamos con De la Madrid, con Salinas, con Zedillo.
Apodado por la prensa francesa como el Justin Bieber del PRI, el candidato ha demostrado públicamente su ignorancia al no poder ni siquiera dar el nombre de tres libros al hilo en la FIL, su clasismo (“Saludos a la prole pendeja” retwitea su hija Paulina), dice desconocer el precio de la tortilla porque él no es “la señora de la casa”, ¿acaso esto no es misógino?
Ha demostrado su incapacidad de improvisar, no puede hablar en público sin un discurso previamente preparado, sin un teleprompter que lo guíe. No acepta una audiencia abierta, exige llevar a sus “simpatizantes” (acarreados) a cada evento al que es invitado y su partido no organiza. Por ejemplo, trascendió que la cancelación a participar en el Foro de Candidatos Presidenciales del Tec de Monterrey se debió a la negativa de la rectoría del campus de “facilitar” al equipo del candidato casi la mitad de los asientos del auditorio donde se llevaría a cabo el evento a simpatizantes que lo acompañarían.
El partido dice que Peña Nieto es “la nueva cara del PRI”, pero, ¿puedes creer esto?, el candidato se formó políticamente cobijado en el llamado Grupo Atlacomulco, es decir el PRI de Hank Gonzalez, de Arturo Montiel… 
Peña Nieto, no es más que la continuidad del PRI en el poder, pero no el PRI que salió hace once años de los Pinos, me refiero al PRI que gobierna hoy.  Es el candidato del PRI de Ulises Ruiz, el que amedrentó periodistas, el que protegió al crimen organizado que trafica con migrantes, el que instauró grupos paramilitares que asesinaron activistas pro indigenistas en Oaxaca. Es el candidato del PRI de Mario Marin,  el tristemente celebre “gober precioso”, quien protegió descaradamente a un empresario algodonero relacionado con una red de prostitución infantil, lo protegió al grado de privar de su libertad a la periodista Lidia Cacho.  Es el candidato del PRI de Humberto Moreira (quien siendo el presidente del partido lo ungió candidato) y dejó la mega deuda en Coahuila. Es el candidato del PRI de Fidel Herrera y Eugenio Hernández, quienes hundieron a Veracruz y Tamaulipas en la peor crisis de seguridad que se tenga memoria, quienes no sólo no hicieron nada para detener el aumento de la violencia, sino que ahora sale a luz púbica como pactaron con los carteles de las drogas y los protegieron.
Pero Peña Nieto no tiene por qué cargar con las cuentas pendientes de sus correligionarios, cuando tiene las propias como gobernador del Estado de México: El segundo estado más endeudado, el estado que incrementó drásticamente su tasa de desempleo durante su mandato, el estado con el mayor rezago educativo, el estado con mayor número de feminicidios  en todo el país, el estado que mediatizó hasta lo absurdo el asesinato de una pequeña, el gobierno del estado con un llamamiento de la CIADH por crímenes por homofobia … el estado donde ocurrió el episodio de violaciones a los derechos humanos más indignante durante su mandato: Atenco. Fue también el estado que más gastó en difusión en medios de los logros del gobernador.

(Nota: Para comprender por qué es tan grave lo ocurrido en San Salvador Atenco, y el peligro de represión que representa la candidatura de Peña, un extracto del reportaje del El Fisgon para El Chamuco y los hijos del Averno número 251.)


Por eso no me sorprenden las agresiones que los militantes del PRI hacen hoy a quienes se manifiestan contra la figura autoritaria de Peña Nieto, como pasó en Saltillo, como pasó en Córdoba, no sean contenidas por la autoridad, sino al contrario, se suman a la represión.
Por eso me llena de orgullo que los chicos en la Ibero se manifiesten y hagan emprender la graciosa huida al candidato que pensó encontrar al auditorio manso de una escuela pía. Por eso me da gusto que en el ITAM, la universidad más elitista del país, Beatriz Paredes, candidata del PRI a la jefatura del DF haya sido increpada duramente y la tomaran como “recadera” de Peña Nieto.
En resumen, al ver como los jóvenes en las universidades se manifiestan, al ver como los jóvenes son agredidos en las calles por manifestarse me recuerda que a final del cuentas, Enrique Peña Nieto es el candidato del mismo PRI de 1968, del PRI de Díaz Ordaz, del PRI que masacró estudiantes en Tlatelolco. Y me aterra pensar que el retorno del PRI al poder sería el regreso a la represión y al autoritarismo.

Caricaturas sin autorización del Monero Hernández.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Que padre Escribes Mike ;) Te mando mil besos y fuertes abrazos ;)

solorio dijo...

Felicidades.

Antonio López dijo...

Quería compartirles este enlace para que vean como trabaja "el nuevo PRI" en Tabasco. Ni un voto a Peña.
http://www.youtube.com/watch?v=OEl3c-dDTDI

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