Me gusta pensar que la literatura es la fotografía de una
época. Me imagino que entre las líneas que un escritor nos entrega
encontraremos el espíritu del tiempo en que fue creado el texto. Me gusta
“descubrir” aquellos indicios del pasado reciente en los escritores jóvenes que
voy leyendo eventualmente.
La poesía no escapa de las nuevas formas de escribir, de
las nuevas vías por las que compartimos nuestros trabajos creativos.
Y llegué entonces a este poemario, me gustaría llamarlo:
“los poemas de la generación millenian”
o “la poesía del meme”, ese fenómeno que
se esparce en las redes sociales.
“Le vendí mi alma al demonio del copyright” (Suicide
Editors, 2015) del escritor Adrián
Martinez (León, 1991) es una compilación de 13 ejercicios poéticos que de forma
libre van narrando la cotidianidad actual de un joven cualquiera en una ciudad
del bajío mexicano.
La poesía de Adrían es un viaje: Caminaremos por el centro
de León y extrañaremos el Chumani. Viajaremos de ahí a Colima, pospondremos
jugar a la ruleta rusa, esperando una nueva serendipia.
Viviremos el momento, haremos cosas sólo por hacerlas,
diremos que cualquier cosa es poesía si existe una justificación que haga eco.
Algunos poemas podríamos reproducirlos como un estado de
Fecebook, o algún otro será un twit
múltiples veces repetido.
Es un playlist de música hípster que los que nacimos en los
ochenta diremos “¿Qué demonios es eso?”.
La lectura es fluida y el lenguaje ameno, tanto que a veces
olvido que estoy leyendo poesía, ese género cada vez menos sujeto a las formas
y a ese tufo añejo del lenguaje rebuscado.
Como ocurre con mucha de la literatura independiente hoy,
la distribución de este librito es limitada. Por eso es necesario contactar con
el autor para poder hacerte de un ejemplar.
Contacta a Adrián en su twitter.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario