Es difícil comprender a veces las acciones y decisiones que nuestros afectos (familia, amigos, amantes) toman. Más difícil aun no caer en la tentación de juzgarlos.
A veces, a los que más quieres es con quienes peor comunicación tienes y eso es un obstáculo para nuestro entendimiento, por lo que nos sorprendemos por lo que evidentemente se ve venir; evidente para el espectador, no para los actores involucrados.
Y cuando juzgamos… lo hacemos basándonos en nuestra posición, en nuestra conveniencia… en lo que se va, en lo que nos duele. Y omitimos el detalle de que la contraparte también pierde, también toma su costo de oportunidad… también siente y le duele.
Olvidamos que la lejanía a veces sirve para curarnos. Olvidamos a veces que la voz de la soledad también tranquiliza. Olvidamos que en el camino encontramos recompensas.
Por eso cuando un afecto decide alejarse, es mejor dejar ir. No juzgar.
Es difícil por otra parte, que la indiscreción de un amigo no sepa a traición. Que la mezquindad inesperada (para los actores involucrados, que no para el espectador) decepcioné tanto. Por eso no prediques sino con el ejemplo, no proclames, no declares, no te disfraces… para que cuando tu vileza salga a flote, nadie pueda decir “ya se veía venir”.
Simplemente es difícil asimilar que pasamos por “rachas” donde solo parece que cosas negativas, tristes ocurren… pero son estas rachas las que nos hacen valorar a nuestros afectos y desechar la basura.
Dedicado a aquellas personas que se han alejado de mí, de las que me he alejado y sobre todo a las que comienzo a mandar al diablo….
A veces, a los que más quieres es con quienes peor comunicación tienes y eso es un obstáculo para nuestro entendimiento, por lo que nos sorprendemos por lo que evidentemente se ve venir; evidente para el espectador, no para los actores involucrados.
Y cuando juzgamos… lo hacemos basándonos en nuestra posición, en nuestra conveniencia… en lo que se va, en lo que nos duele. Y omitimos el detalle de que la contraparte también pierde, también toma su costo de oportunidad… también siente y le duele.
Olvidamos que la lejanía a veces sirve para curarnos. Olvidamos a veces que la voz de la soledad también tranquiliza. Olvidamos que en el camino encontramos recompensas.
Por eso cuando un afecto decide alejarse, es mejor dejar ir. No juzgar.
Es difícil por otra parte, que la indiscreción de un amigo no sepa a traición. Que la mezquindad inesperada (para los actores involucrados, que no para el espectador) decepcioné tanto. Por eso no prediques sino con el ejemplo, no proclames, no declares, no te disfraces… para que cuando tu vileza salga a flote, nadie pueda decir “ya se veía venir”.
Simplemente es difícil asimilar que pasamos por “rachas” donde solo parece que cosas negativas, tristes ocurren… pero son estas rachas las que nos hacen valorar a nuestros afectos y desechar la basura.
Dedicado a aquellas personas que se han alejado de mí, de las que me he alejado y sobre todo a las que comienzo a mandar al diablo….
2 comentarios:
Por favor no me juzques por ser un loco vago drogadicto, es sólo que no tengo nada y ya lo dijo Bob Dylan: when you got nothing you ain't got nothing to lose.
Macario: No te juzgo, no pretendo hacerlo... Es díficil comprenderte, pero eso no me hace tu juez. Y en´esta ocasión, lo menos q puedo hacer es agradacerte. ¡Animo valiente!
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